Cómo Encontrar El Verdadero Sentido De La Vida – 27 de 27

(27 DE 27) COMO ENCONTRAR EL VERDADERO SENTIDO DE LA VIDA

por Brian Tracy | ElSeminarioFenix.com

Cómo Encontrar El Verdadero Sentido De La Vida – Módulo 27

Y ahora llegamos a la pregunta final ¿cuál es el sentido de la vida? ¿Cuál es el sentido de su vida? ¿Por qué estamos aquí? ¿Existimos de verdad? ¿Por qué nos levantamos por la mañana, para qué vivimos, por qué estamos en este mundo? ¿Se trata sencillamente de nacer, crecer, trabajar, reproducirse, morir o hay algo más?

            En mi opinión, hay algo más; algo mucho más importante.

            En esta sesión deseo hablarles de mis descubrimientos y mis pensamientos en cuanto a cuál es el verdadero sentido de la vida.

            En mi opinión, el verdadero sentido de la vida consiste en encontrar una misión. Algunos de los hombres y mujeres más sabios de este siglo y de los anteriores han estudiado este concepto de “¿por qué se ha puesto al ser humano en este mundo?” Y han llegado a la conclusión de que se nos ha traído al mundo para realizar nuestra potencialidad encontrando nuestra verdadera misión en la tierra. Emmet Fox lo llama “el deseo de tu corazón”. ¿Qué desea tu corazón?

            El deseo de tu corazón es algo que está muy dentro de nosotros; quizás, desde antes de nacer y es algo que nos llama y nos canta y nos atrae a lo largo de nuestra vida, y el motivo por lo que decimos que sólo 1 o 2 o 5 de cada 100 personas realizan su potencialidad en una generación determinada, es que la mayoría de la gente hace caso omiso de las llamadas de su corazón; se las quitan de en medio, no las escuchan, hacen como si no existieran, se complican con facturas, familias, negocios y profesiones y esto les retiene; a veces no piensan en ello hasta el final de sus vidas. Pero, todo individuo tiene la capacidad de establecerse una misión.

            De modo, que estudiemos a los hombres y mujeres que han afectado a la humanidad de la manera más positiva y profunda a lo largo de la historia.

            En nuestra civilización, en nuestra cultura, la persona más poderosa es Jesús de Nazaret; un humilde carpintero que predicó en Galilea durante 3 años y luego murió en Jerusalén. Pero, que ha tenido más efectos sobre más personas de este mundo que cualquier otro hombre que haya vivido y que cualquier rey, monarca o dictador de la historia. Un hombre sencillo, que nunca escribió una palabra, ni salió en la televisión, ni grabó un disco; es el que ha producido un efecto mayor que cualquier otro. Y además de Jesús, está Buda… los discípulos de Buda. Y lo interesante es que Buda enseñó un mensaje muy parecido al de Jesús; enseñó el mensaje del amor universal, de la hermandad universal en la que todos estamos unidos en el centro por los demás. Y también Mahoma. Y Mahoma tiene cientos de millones de discípulos y Buda tiene casi mil millones, los discípulos de Jesús son casi 2 mil millones. Y si estudiamos a las personas en las que han producido un efecto ahí está San Francisco de Asís, que ha ejercido una profunda influencia con su orden franciscana.

            En nuestros tiempos, tenemos a la madre Teresa de Calcuta con su profunda influencia. Está mi mentor Albert Sfatchor en áfrica y personas como Florence Nightingale y muchas más. ¿Cuál es el tema común de estas personas?

            Un escritor llamado Ralph Waldo Trine, escribió hace muchos años un libro maravilloso titulado “Lo Que Todo El Mundo Busca”; lo que todo el mundo desea. Y su sabia conclusión fue que lo que todo el mundo busca, lo que ustedes y yo buscamos, es una misión a la que nos podamos dedicar, que de algún modo enriquezca y beneficie y ennoblezca las vidas de los demás. De hecho, hemos averiguado que solo nos hacemos grandes en la medida en que nosotros, ustedes, seamos capaces de dedicarnos a algo mayor y mejor que nosotros mismos. Y a eso se debe por ejemplo que las personas egoístas que sólo piensan en sí mismas, solamente produzcan lástima; porque jamás logran ninguna alegría o felicidad o satisfacción.

            Ahora bien, ni la madre Teresa, ni Albert Schweitzer, ni ninguna de estas personas ganaron mucho dinero; es verdad. Pero, su contribución, el modelo que establecieron, el ejemplo que nos dieron, han afectado a más gente quizás que los de todas las personas que han ganado dinero a lo largo de la historia. Solamente cuando uno encuentra una misión a la que se pueda dedicar, logra un la verdadera grandeza en la vida.

            Desde el momento en que iniciamos este curso hasta ahora, nuestro objetivo ha sido esta sencilla conclusión… que el sentido de la vida, nuestro objetivo, nuestro objetivo en el mundo, es sencillamente desarrollarnos y convertirnos en una persona llena de amor; es estudiar los grandes modelos de la humanidad y darnos cuenta que los grandes modelos de la humanidad, los que han producido un efecto que ha ido mucho más allá de sus propios tiempos, Jesús y  Buda y Mahoma y los maestros y estudiosos de todas las religiones han sido los que se han dedicado a colmarse de amor por los demás; han dedicado todas sus vidas a servir. “Servir” es la palabra clave.

            ¿Cómo sabe uno si es una persona llena de amor? Uno lo puede saber por el valor y la calidad y la cantidad del servicio que da a los demás, desinteresadamente, de corazón, sin esperar ninguna recompensa.

            Ahora bien, convertirse en una persona llena de amor es muy sencillo, desarrollamos relaciones afectivas, por eso decimos lo importante que resulta con respecto a nuestros matrimonios. Hay mucha gente que quiere salir al mundo y desarrollar relaciones afectivas; pero todavía no han logrado desarrollar esas maravillosas relaciones afectivas en casa, con sus cónyuges y sus hijos, con sus amigos íntimos.

            De modo, que el desarrollo de las relaciones afectivas es el aspecto más elevado de la vida humana. ¿Cómo lo sabemos? Pues porque cada vez que queremos hacer inventario de nuestros saberes en la vida, que queremos hacer inventario de nuestros logros, de nuestros recursos más preciados, veremos que siempre estarán relacionados con las personas a las que queremos y hemos querido y con las personas que nos quieren y que nos han querido; que cuando miramos atrás, cuando observamos el paisaje de nuestra vida, como adultos o personas mayores, veremos que no recordamos ni el dinero que hemos ganado, ni las vidas profesionales que hemos ido construyendo, ni los cargos que hemos ocupado; recordaremos a las personas que queremos y a las que nos han querido y a las que nos siguen queriendo.

            De manera, que desarrollar una elevada calidad y cantidad de relaciones afectivas es el gran negocio en la vida. Las personas como Jesús y Buda y Mahoma y San Francisco y otros de nuestros días y de otros tiempos, son hombres y mujeres que dedicaron sus vidas a servir a los demás; y lo hicieron porque tenían muchísimo amor que dar a la humanidad.

            Pues bien, ¿cómo se convierte uno en una persona llena de amor? No es tan complicado, no es fácil pero es sencillo:

            En primer lugar, acéptese incondicionalmente. Acéptese como ser humano valioso y útil; no sea el tipo de persona que no se considera lo suficientemente buena. Acéptese incondicionalmente, reconozca que le pusieron en el mundo para un fin determinado y que ese fin es hallar su objetivo. Su objetivo es hallar su misión, el lugar donde puede efectuar una contribución significativa.

            La segunda parte de convertirse en una persona llena de amor es, aceptar la responsabilidad total por todo lo que uno es y todo en lo que uno se convierte. Aceptar la responsabilidad total, qué significa: no culpar, no excusarse; sencillamente… seguir adelante.

            Número 3, aprender a perdonar. Una vez más, la llave para el reino de los cielos es el perdón. La llave para el reino de los cielos, la llave para todo desarrollo espiritual, el camino recto es… el perdón. La capacidad de perdonar libremente a los demás, sin rencores, sin ira, sin frustración; sencillamente olvidando todas las ofensas que le hagan a uno. Por eso, en el padre nuestro se dice: “y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”.

            Número 4, alimenten sus mentes con pensamientos de amor. Alimenten sus mentes con pensamientos amorosos, positivos; no alimenten sus mentes con golosinas mentales, no alimenten sus mentes con basura mental; alimenten sus mentes con el tipo de pensamientos consecuentes con el proceso de convertirle en la mejor persona que pueda llegar a ser.

            Número 5, establezcan unas metas nobles y trabajen para lograrlas. Fijen metas e ideales nobles que se conviertan en la luz que les guíe en la vida. Ideas y valores nobles; díganse: “¿son estos los valores, son estas las metas, son estos los ideales de la mejor persona que puedo llegar a ser?”

            Número 6, cuiden bien sus cuerpos. Cuiden bien sus cuerpos. Recuerden, el cuerpo es el templo del alma; cuiden bien sus cuerpos, aliméntenlos con buenos alimentos, denles un ejercicio adecuado, un descanso adecuado, unos alimentos adecuados ¡cuiden bien sus cuerpos!

            Número 7, practiquen la regla dorada. Practiquen la regla dorada con los demás; sean amables, pacientes, tolerantes, ¡más que nada tolerantes! Para la diversidad y la diferencia de los demás. Practiquen el amor, la comprensión, la compasión. Recuerden, todos en este mundo llevamos una pesada carga.

            Ahora bien, a medida que practiquen estos principios empezarán a desarrollar más y más amor; a medida que practiquen estos principios se verán atraídos casi inevitablemente, inexorablemente, se verán atraídos hacia su misión; se verán atraídos hacia la zona donde podrán realizar un servicio.

            Créanme, en este mundo una de las mejores zonas para el servicio es el campo de los negocios, porque nuestro sistema de mercado libre se basa en el servicio a los demás; pero, se puede servir a los demás en cualquier profesión, con cualquier capacidad. Tendrán la oportunidad de dar y de aumentar la calidad y cantidad de su servicio a los demás; de fomentar y enriquecer y elevar las vidas de otras personas. Recuerden, les han puesto en este mundo para hacer algo para los demás. Se puede medir cómo de bien le va a uno como ser humano, así de sencillamente, en el sentido de que sólo se tiene amor en la medida en que se manifieste amor a los demás. Solamente… se tiene amor, en la medida en que se manifieste amor a los demás; en otras palabras, no se puede tener amor si se está aislado de los otros seres humanos, no se puede decir: “soy una persona llena de amor” sin tener unas relaciones afectivas que lo demuestren. Solamente se tiene amor en la medida en que se sienta amor por los demás.

            De manera, que expresen su amor a los demás, y para eso tenemos a nuestras familias y para eso tenemos las relaciones íntimas y para eso tenemos hijos; para enseñarnos a desarrollar nuestra profundidad, nuestra amplitud, nuestra capacidad de amar; de tal modo que no podamos hacer otra cosa.

            De modo, que expresamos amor a los demás. Y una vez que hemos desarrollado el amor hacia nosotros mismos, aceptándonos incondicionalmente, hemos de practicar el acto de dar amor. Practiquen el acto de dar amor.

            Verán, un aspecto interesante del amor, es que el amor solo crece… si se comparte. El amor solo crece si se comparte; no se puede tener más amor del que se tiene en este momento en la vida de uno, salvo en la medida en que se dé amor a los demás; de modo, que el amor solo crece si se comparte. Lo maravilloso es que cuanto más amor se dé, más se tendrá; cuanto más amor se dé, más se tendrá. De modo, que cuanto más se dé, más se tendrá para dar; cuanto menos se dé, menos se tendrá para dar.

            He aquí donde la ley “cuanto más se dé, más se tiene” (nunca se puede dar todo); he aquí el aspecto en que la ley de la siembra y la cosecha se aplica mejor que en ningún otro; la ley de la compensación, en que si le da un poquito de amor, un poquito nada más, es suficiente; porque ese poco, hará que un flujo empiece a volver a nosotros. Si se da un poquito más, volverá un poco más hacia uno, hasta que uno entre en la espiral ascendiente de la vida.

            Hace muchos años conocí a una abuela maravillosa que había crecido en una familia en la que sus padres le enseñaron a ser amable, compasiva y cariñosa con los demás. Cuando sus padres murieron, volvió a casa y se reunió con sus hermanos y hermanas para repartir sus bienes, y solamente había una cosa que ella deseaba. Se había casado con un hombre muy rico, solamente quería una cosa… había un cuadrito que había estado colgado sobre la chimenea de aquella casa llena de amor durante los años en que ella crecía y en el cuadro había un versito, una rima; cuando me la dijo yo la escribí y ahora se la diré a ustedes, decía así: “solo una vida que pronto acabará, solo lo que hagas con amor durará”.

            Si se comprende esto, uno se da cuenta al repasar su vida que lo único que perdura es lo que se ha hecho con amor. Solamente las cosas hechas con amor tienen un valor duradero y si se utiliza esto como guía, como principio organizador en la vida, que sólo lo que se hace con amor durará, empezarán a progresar, a evolucionar con más seguridad hacia las estrellas.

            El contrario del amor es el temor. El contrario del amor… es el temor. Si el temor es el gran obstáculo que nos retiene a la hora de realizar nuestra potencialidad, el amor es la gran puerta que nos abre todas las posibilidades del universo.

            Practiquemos esto en primer lugar: aprender a amarnos y aceptarnos incondicionalmente. Somos valiosos; usted es un ser humano valioso y digno, pase lo que pase sigue siendo un ser humano valioso y digno. Ámese incondicionalmente, acepte plena responsabilidad por su vida, perdone libremente a los demás, busque lo mejor, cuídese, trabaje en metas que sean dignas de usted, fíjese una misión que suponga un reto para usted y practique el dar su amor a los demás y avanzará con más seguridad hacia las estrellas.

 Les deseo suerte, les deseo éxito, les deseo amor.

Recuperar password

Escribe tu email.
El sistema te envia un nuevo password a ese email.