Cambiando Su Autoconcepto – 10 de 27

(10 DE 27) CAMBIANDO SU AUTO CONCEPTO

por Brian Tracy | ElSeminarioFenix.com

Cambiando su autoconcepto – Módulo 10

Una vez más, les digo que para cambiar su vida han de empezar por cambiar su autoconcepto y esto nos hace volver a lo que comentábamos de los tres ingredientes del autoconcepto al principio. Dijimos que consta de tres partes; el autoideal, la autoimagen y el amor propio o lo que uno se quiere a sí mismo. Ahora, lo que quisiera hacer es hablar un poco de lo que llamamos el autoideal, porque el autoideal es la persona que más le gustaría ser.

Cuando uno empieza a pensar en cambiar su personalidad, en mejorar su personalidad y mejorar su calidad de vida, su vida interna y su vida externa, tiene que empezar con una meta, tiene que empezar con algún punto al que disparar, al que apuntar.  Hablemos de esto: el autoideal es la parte fundamental de su personalidad, el autoideal es una combinación de todas las cualidades de los hombres y mujeres sobre los que uno ha leído y estudiado, con los que se ha relacionado o a los que ha admirado a lo largo de su vida. Su autoideal es una especie de modelo para usted, un modelo interno y ese modelo actúa como un mecanismo dirigible dentro de su psique que determina sus palabras, sus actos, pensamientos, comportamientos, etc.

De hecho, la persona que usted es hoy en muchos sentidos es la suma total de los distintos hombres y mujeres, de las cualidades y características que usted ha admirado alguna vez, cuando lee una biografía o una autobiografía, la historia de alguien que ha hecho algo que usted considera admirable, que ha demostrado una cualidad de inteligencia o una personalidad o de compasión o perseverancia o de persistencia o valor, etcétera. Si alguien ha hecho estas cosas y usted tiende admirarle, si le admira, lo que sucede es que tiende de manera subconsciente incluso sin saberlo a intentar parecerse más a esta persona.

Ahora bien, hay una diferencia entre su imagen que es como se ve usted ahora y su amor propio que es, ¿cuánto se quiere? Y existe una diferencia entre su autoimagen y su autoideal. La distancia entre los dos, entre el modo en que usted se percibe a sí mismo ahora y el ideal que le gustaría ser, produce un efecto enorme sobre su amor propio. Las personas que se perciben trabajando progresivamente para ser cada vez más como las personas que quieren llegar a ser, tienen un elevado amor propio. Las personas se perciben a una distancia enorme, casi infranqueable entre la persona que consideran que son ahora y la persona que saben que pueden o deben ser, tienen un amor propio bajo.

De modo que el punto de partida para el cambio, es el cambio en el autoconcepto, repito se produce por medio de una clara definición de cómo quiere ser uno. Cuando yo tenía unos 17 o 18 años me senté con un cuaderno y escribí en él una descripción de la persona que me gustaría ser de mayor. Escribí varias páginas para describir mi personalidad, mi talla y mi peso y cómo me llevaría con la gente, etcétera. Muchos años después, 15 o 20 años después había dado la vuelta al mundo dos veces, después de haber estado en 80 países, encontré esos antiguos apuntes en una maleta vieja, los miré, los leí y ¿saben? Lo sorprendente es que había llegado a ser a lo largo del tiempo la persona que había descrito en aquel cuaderno.

De modo que les sugiero esto: empiecen diciéndose ¿Cómo me gustaría ser dentro de un año, de tres, de cinco años? O pongámoslo así, es una excelente pregunta: nombré a tres hombres o mujeres, vivos o muertos a los que admire, que de verdad crea que constituyen unos modelos maravillosos, buenos, rectos. A continuación, hágase la pregunta: ¿Qué es lo que admira en ellos? ¿Por qué le gustan? ¿De qué se trata? Las cualidades, si lo prefiere, que considera sobresalientes, porque si les puede identificar, esas son las cualidades que pueden dedicarse a lograr.

Recuerde que hemos dicho que el deseo, la disciplina, la determinación y la decisión son las claves del éxito y también la definición. Uno tiene que definir con claridad lo que quiere ser.

Recuerdo una historia maravillosa sobre un chico joven que decidió mejorar su vida. Trabajaba para una empresa de seguros, se sentó a recapacitar y vio que ocupaba el puesto 28, 29 entre las 30 personas de la compañía que vendía en seguros y pensó que llevaba allí varios años. Su vida profesional no iba a ninguna parte y empezó a mirar a su alrededor y a decirse: ¿a quién admiro? ¿A quién quiero parecerme? ¿Quién sería mi ideal? Y decidió que quería ser el primer vendedor de la sucursal. Así que empezó a observar al primer vendedor, a los dos mejores vendedores de la sucursal y empezó a estudiarlos, tanto ellos como lo que hacían. Habló con ellos, le dieron consejos y a lo largo de los dos años siguientes utilizando este proceso, imitando el modelo de las personas que admiraba, empezó a parecerse a ellos cada vez más; se vestía como ellos, andaba, hablaba, trabajaba como ellos y estudiaba como ellos y con el tiempo se convirtió no sólo en el primer vendedor de la sucursal, sino en el mejor vendedor de la región y el primer vendedor de la división, incluso el primer vendedor del país y llegó a ser vicepresidente de marketing en una de las mayores empresas de seguros de la nación.

Así, sencillamente, estableciendo un autoideal y trabajando progresivamente para lograrlo.

Y bien, ¿cuáles son las etapas? La etapa inicial como hemos dicho, consiste en cambiar el autoconcepto o cambiar su mente. Para convertirse en una persona nueva o diferente usted debe percibir el cambio como deseable y también como necesario.

En otras palabras, tiene que ver que si lo hiciera, este cambio sería un cambio útil y que en cuanto a lo que quiere ser, tener o hacer en cuanto a su vida en el futuro, es necesario que haga este cambio si quiere seguir adelante. Les daré otro ejemplo; un caballero muy conocido de una de las primeras 500 empresas de los Estados Unidos fue nombrado presidente, procedía del campo de la ingeniería, no tenía ningún don de gentes y estaba muy, muy preocupado por este aspecto de su personalidad, no sabía tratar con la gente, prefería el tipo de problemas que no le contestan a uno, sin embargo reconocía que un cambio en su auto-concepto, un cambio en su capacidad para comunicarse de manera eficaz con la gente era esencial para su éxito. De modo que empezó a seguir cursos sobre la comunicación personal, empezó a seguir cursos sobre relaciones, a lo largo de dos años completos se dedicó a leer libros y oír cintas, siguió cursos y se convirtió en una autoridad en relaciones humanas dentro de su empresa. Elaboró un curso propio y se dedicó en la empresa como presidente de la misma a enseñar ese curso, llegando a convertirse en lo que enseñaba.

Saben, decidió que entenderse con la gente era deseable y necesario para él, para su empresa y para su futuro y a continuación siguió gradualmente el proceso de definir su ideal y empezó a trabajar progresivamente hacia el logro de su ideal. En dos años había dado forma a su personalidad, pasando de ser una persona torpe, descompensada, centrada en los números a convertirse en un ser humano completo que funcionaba plenamente.

Una de las características de los grandes dirigentes de los hombres y mujeres sobresalientes, consiste en que están dispuestos a realizar los esfuerzos necesarios para conseguir los cambios que son esenciales.

Ahora bien, la segunda etapa o el segundo paso consiste en empezar a pensar en uno mismo como el ideal que podría ser, empiece a pensar en usted como una persona ideal. Por ejemplo; si quiere ser una persona sobresaliente en las relaciones humanas, pensar en usted mismo como si fuera un especialista en relaciones humanas.

Pongamos que deseara algo muy sencillo, la gente dice que su principal debilidad consiste en que es demasiado impaciente, demasiado intolerante, se enfada enseguida, es irritable, etcétera. Quizás  lo que debería hacer es empezar por algo muy sencillo. Es importante empezar con algo sencillo, porque si puede cambiar algo sencillo se demostrará a usted mismo que puede cambiar algo grande, de modo que empiece a pensar en usted mismo, digamos que tiende a ser algo impaciente o irritable, que se cansa, se enfada con sus hijos o su cónyuge al final del día. Empiece a pensar en usted mismo, cómo sería si fuera un ser humano afectuoso, paciente, amable, cariñoso, tolerante. Piense en las situaciones en que normalmente se enfadaría y se irritaría y empiece a pensar en usted como alguien relajado, positivo, imperturbable que apoya a los demás, que les alienta. Empiece a pensar en usted mismo como el ideal.

Piense ahora en alguien que conozca que tenga ese tipo de personalidad, puede ser un personaje de la televisión, puede ser Bill Cosby, si lo desea o puede ser un deportista que admire, puede ser alguien cuya biografía haya leído, poco importa. Continúe pensando en: ¿cómo actuaría esa persona en esa situación? Una cosa que hacen muchas personas, muchos cristianos cuando se ven en una situación difícil o tensa es decirse; “Me pregunto, ¿cómo actuaría Jesús en esta situación?” “Me pregunto ¿qué haría si estuviera tratando con una persona difícil?” O “me pregunto, ¿cómo actuaría Jesús en la situación en que me encuentro?”. Lo que esto logra independientemente de sus creencias, es suministrarle un modelo en el que basar sus actos.

La tragedia de muchos jóvenes de las zonas conflictivas de las ciudades, es que los modelos que tienen no son modelos positivos. A veces la gente de éxito en los barrios difíciles, no son personas admirables, trabajadoras, que levantan familias y negocios, son criminales que se dedican a actividades criminales. Los modelos que uno elija tienen un efecto importantísimo sobre lo que uno llega a ser, de modo que empiece a pensar en usted mismo como le gustaría ser. Como le gustaría ser ahora mismo. Este es el punto de partida.

Debido a la ley de la expresión; “Lo que se imprime, se expresa”, si empieza a pensar en sí mismo verá que es casi como hacer girar la rueda de su personalidad, empieza a convertirse en una persona diferente.

El tercer paso consiste en visualizar. ¿Qué significa visualizar? Se han escrito miles de libros sobre la visualización, la más potente de todas las capacidades humanas es la de crear imágenes mentales claras. Verán, a su subconsciente, que es donde se desarrolla toda su programación, lo activan las imágenes mentales combinadas con la emoción. De modo, que cuando usted crea imágenes mentales claras empieza a centrarse en una imagen mental de qué le gustaría llegar a ser. El subconsciente no puede distinguir entre una experiencia real, que verdaderamente le está sucediendo a usted y una que se imagine intensamente en la pantalla de su mente.

Y ese método de visualización consiste en crear una imagen mental definida. Y a continuación, recuerde que hemos hablado de la ley de la práctica, que es la ley de la repetición, ensayarla una y otra vez. Imagine, por ejemplo, que desea convertirse en un orador competente, así de sencillo, digamos que este es usted, este es usted y estos son sus ojos, aquí está su mente consciente y aquí la subconsciente, digamos que desea convertirse en un orador competente pues bien, si va y da una serie de discursos y obtiene una respuesta positiva y la gente le dice que su discurso fue bueno y lo hace una y otra vez, por mucho miedo que tenga a hablar en público si lo hace un número de veces suficientes, ira almacenando memoria hasta el punto en que no le molestará tener que hablar en público.

He elegido el acto de hablar en público porque el 55 por ciento de la gente preferiría morir a tener que hablar en público, ponen el miedo a hablar en público por encima del miedo a la muerte, es uno de los mayores miedos de nuestra sociedad. Sin embargo, ningún niño nace con miedo a hablar en público, ningún niño llega al mundo con miedo a hablar ante la gente, de hecho todos dimos nuestro primer discurso en público totalmente desnudo, cabeza abajo y ante una sala llena de extraños, si lo recuerdan y desde entonces las cosas han ido a peor para la mayoría de nosotros.

Sin embargo, si uno cuenta con una serie de experiencias externas y todas esas experiencias son positivas y están almacenadas como informes positivos en el archivo de la oratoria, digamos que usted siente una enorme ansiedad cuando piensa en hablar ante un público, que puede derivarse de 100 motivos distintos, pero empieza a visualizar la pantalla de su mente, tiene un proyector de bobina continua, empieza a proyectar sobre la pantalla de su mente una imagen de usted mismo hablando competentemente ante un grupo. Empieza a leer cosas sobre otras personas que hablan competentemente, lee libros sobre oradores competentes; ellos nos cuentan cómo lo lograron y lo nerviosos que se sentían. Entonces usted hace un cursillo, empieza a estudiar y aprender hacerlo. Empieza aprender cómo preparar el esbozo de una charla, y empieza a pensar en usted una y otra vez como alguien capaz de hacerlo. La imagen que proyecta en la pantalla de su mente la acepta el subconsciente como una experiencia real, siempre que la imagine con intensidad y esta es la clave; la intensidad de la imagen. Cuanto más claramente la visualice, cuanto más a menudo la visualice, cuanto más emotiva e intensamente la visualice y cuanto más tiempo la visualice, más efecto producirá sobre la mente subconsciente.

De modo que, en muchos aspectos, usted puede cubrir la mitad o tres cuartas partes del camino que le llevará a convertirse en un orador competente y a estar seguro en cualquier situación, por el sencillo método de visualizar y proyectar esta imagen una y otra vez. Por cierto, puse el ejemplo de hablar en público por un motivo muy concreto, es algo que a la mayoría de nosotros nos da pánico, lo que he averiguado es que si pueden utilizar estos métodos de programación mental para modificar un temor que le podría retener en la vida, se demostrará a usted mismo para siempre que puede eliminar cualquier duda en cuanto a sus propias capacidades, que puede superarla y llegar a lograr lo que desee.

Este es un consejo que he dado a miles de personas, consiste en esto: Si siente inquietud a la hora de hablar en público o si siente cualquier otro temor, pero uso el de hablar en público porque es el ejemplo que he utilizado, decida ahora mismo superarlo. Hay dos modos de superarlo; hay un método que garantizo que funciona, que se llama “tops master”, se estableció como organización voluntaria en 1923 y en esta organización se reúnen grupos de hombres y mujeres, son grupos pequeños que se juntan una vez a la semana en reuniones de desayuno, comida o cena y en cada reunión cada persona tiene la oportunidad de hablar. Hay personas con pánico de hablar en público que tras diez o quise semanas de participación en estas reuniones, son capaces de improvisar un discurso ante un grupo de extraños con tres minutos de pre-aviso.

El sistema tops masters funciona. ¿Por qué? Porque cada vez que una persona se pone en pie obtiene una reacción positiva, recibe correcciones, consejos, aplauso, apoyo. Con el tiempo lo que uno hace es elaborar una serie de informes positivos en su mente subconsciente que le dicen que hablar en público es fácil. Si quiere ser eficaz en las ventas, en la dirección de empresas, si quiere ser un padre eficaz, si quiere ser eficaz con otras personas, lo único que tiene que hacer es ensayar una y otra vez, ensayar en su mente una y otra vez, hasta que con el tiempo se dará cuenta de que cuando piense en lo que le preocupaba su nivel de temor disminuirá y su confianza aumentará.

Otro método al que puede recurrir si quiere hablar mejor en público es el de Dale Carnegie, este es un curso estupendo, se llama sencillamente el curso de “Dale Carnegie”, que de verdad ayuda a la gente a convertirse en oradores competentes. En un plazo entre 10 y 14 semanas se tiene una oportunidad semanal de hablar ante sus iguales. El punto siguiente son las afirmaciones, aquí nuestra potencialidad es ilimitada, las afirmaciones son las palabras más potentes que se pueden enunciar, las afirmaciones se basan en lo que denominamos las tres P. En el sentido de que con las afirmaciones nos podemos reprogramar de manera subconsciente. Las afirmaciones son declaraciones fuertes, positivas que uno se dice a sí mismo sobre uno mismo y que uno se cree, se basan en las tres P, son:

En primer lugar, personales. Todas las afirmaciones, todas las manifestaciones que uno se haga a sí mismo tienen que tener una forma personal, que hacerse en primera persona. Si uno dice; “me gusto, me gusto, me gusto” cuando dice: “me gusto”, llega al subconsciente directamente, cada mandato que se hace en primera persona alerta a la mente subconsciente y dice: viene una información de valor, prepárate.

Y también positivas. Todas las afirmaciones deben hacerse en forma positiva, porque la mente subconsciente filtra lo negativo y solo acepta la expresión positiva. Por ejemplo; si quiere dejar de fumar, no se diga: “ya no fumo, ya no fumo”. Dígase: “Yo, soy una persona que no fuma, soy una persona que no fuma”. Las palabras “yo soy”, son dos de las más potentes en programación mental, cuando usted dice: “yo soy”, porque solamente usted puede decirse “yo soy” a usted mismo, nadie más en el mundo puede decir esas dos palabras y esto es algo que el subconsciente reconoce, cuando usted dice: “yo soy responsable, yo soy responsable”, puede llegar a sentir el efecto de estas palabras sobre su mente subconsciente.  Puede sentir las palabras “yo soy responsable” y su efecto sobre sus emociones.

En tercer lugar, las palabras han de estar en presente. “Ahora voy adelgazar o voy a dejar de fumar o voy a cambiarme a un trabajo mejor, tengo un trabajo mejor, peso x kilos, ganó x pesetas, gano x pesetas”. Sea lo que sea, dígalo siempre en presente, porque su mente subconsciente solamente puede aceptar un lenguaje que se apoye en el ahora.

Esto es muy, muy importante; cuando programamos la mente subconsciente, cuando visualizamos algo, ha de ser en el ahora, afírmelo en el presente, cuando piense en usted mismo como le gustaría ser, que siempre sea en el ahora. La mente subconsciente, por cierto es muy, muy literal, de modo que cuando crea afirmaciones y se pueden crear afirmaciones para cada meta que pueda imaginar: “Ganó x pesetas, peso x kilos, soy una persona amable y cariñosa, soy disciplinado, trabajador y puntilloso, soy un buen conductor, soy puntual, me gusto, soy responsable, me siento de maravilla, me siento feliz, tengo salud, tengo energía”. Manifestaciones interesantes y las repite una y otra vez “tengo salud, tengo energía, tengo salud, tengo energía”. Puede incluso reforzar la resistencia de su cuerpo ante resfriados y gripes, de esto hablaremos más adelante.

A menudo, enfermamos porque decidimos enfermar o enfermamos porque dejamos que nuestras mentes y cuerpos se deslicen cuesta abajo y podemos ahuyentar un resfriado que ya habíamos atrapado si repetimos la afirmación una y otra vez: “tengo salud, soy una persona sana, soy fuerte, me encuentro estupendamente, me encuentro de maravilla”. Así que, exprese sus afirmaciones y sus visualizaciones cuando cierre los ojos, véase a sí mismo como si ya tuviera esa característica o cualidad ahora mismo.

Como ya hemos dicho en relación con la emoción, imagino los sentimientos que acompañarían a la práctica mental, imaginen el sentimiento que acompañaría a la palabra cuando diga: “Me gusto”, no digan “me gusto”. Digan: “¡Me gusto!, ¡me gusto!, ¡me gusto!”, imagine que dice: “Soy responsable”, diga; “¡Soy responsable! ¡Soy responsable!”. En otras palabras, movilícelo, envuélvalo en emoción, haga que penetre en su mente subconsciente como un detonador y el efecto que producirá sobre su personalidad y sobre sus sentimientos serán enorme.

Ahora, volvamos a hablar sobre las afirmaciones, lo que yo hago es utilizar una serie de tarjetas donde se pueden escribir las afirmaciones. Las afirmaciones positivas, presentes, personales y revisar estas afirmaciones una y otra vez, cada vez que las revise, cada vez que piense en ellas, cada vez que las repita, las hará penetrar en su mente subconsciente, cada vez que las imprima aumentará la posibilidad de que se expriman de manera externa. Una última cosa, cuando utilice las afirmaciones intente que sus palabras y sus acciones diarias sean consecuentes con sus afirmaciones, intente que lo que diga cuándo anda por ahí, las cosas que haga, sean consecuentes con las palabras que se diga a usted mismo en privado.

Pues bien, lo siguiente que hacemos es lo que se llama “verbalización”. La verbalización es  hablar en voz alta, manifestar sus afirmaciones en voz alta. Esto se puede hacer de dos maneras. Lo mejor es hacerlo en privado, pero se aumenta el efecto de una afirmación hasta en un 80 por ciento o incluso más cuando se hace en voz alta. Si se dice a usted mismo “me gusto”, pero diciéndolo así; “¡Me gusto!, ¡me encuentro estupendamente! o ¡me encuentro de maravilla! o ¡soy responsable! o ¡gano 5 millones de pesetas al año!”. Cuando tuve noticia de este proceso por primera vez, mi meta era ganar el equivalente de 5 millones al año, me di cuenta de que la única manera en que yo podría llegar a ganar 5 millones consistía en repetir estas palabras una y otra vez y sorprendentemente, cuando empecé a hacerlo, ni de casualidad ganaba 5 millones al año y tenía muchas dudas en cuanto a si funcionaría.

Solamente puedo decirles de todo corazón que sí funciona, así que verbalícenlo. Otra cosa que pueden hacer es ponerse ante un espejo, si verbalizan delante de un espejo se producen dos efectos de manera simultánea; está el efecto de lo que se puede ver, más el de lo que se está diciendo y además si uno pone emoción en lo que está diciendo, cuenta con tres puntos de acceso para una reprogramación del subconsciente, que funcionan de manera simultánea.

Así que, se ponen delante del espejo y dicen; “¡Me siento estupendamente!” o “¡tengo un aspecto estupendo!, ¡tengo un aspecto estupendo!”, uno también puede decir: “Tienes un aspecto estupendo” Cuando habla a su imagen en el espejo, no querrá hacer esto si está en unos aseos públicos con gente de su alrededor porque podrían considerarlo un poco raro, pero no obstante la verbalización es un factor muy importante para hacer penetrar este mensaje en el subconsciente.

Recuerden que la clave consiste; en que lo que usted puede mantener en su mente de manera continuada lo puede lograr. La única pregunta es esta; ¿puede repetirlo tanto tiempo y con tanta intensidad y tan a menudo como para hacer que penetre en su mente subconsciente? Una vez que lo haga penetrar permanentemente en su mente subconsciente adquirirá un poder propio que, con el tiempo, lo hará penetrar en su realidad en el momento más oportuno y del modo adecuado para usted. Y esto nos lleva al siguiente método. El método “asuma el papel”.

Asuma el papel, asuma el personaje. Verá, uno de los descubrimientos más importantes que hemos realizado en la psicología del comportamiento, es que si usted se siente de un modo en particular, sentirá unas emociones particulares y las emociones le llevarán a unas acciones.

Hemos hablado de esto antes, de que actuamos de manera consecuente con nuestras sensaciones. Sin embargo lo que hemos averiguado es que la mayoría no partimos de una sensación de seguridad y de capacidad para lograr nuestras metas, la mayoría partimos de una sensación entre media y negativa. Sin embargo, si uno actúa exactamente como si tuviera una sensación, la acción generará la emoción, al igual que la emoción genera la sensación. En otras palabras, uno puede actuar para llegar a sentir. Esto es muy importante, puede actuar para llegar a sentir.

No le ha sucedido nunca estar sentado a gusto y relajado y que alguien diga: “Venga, vamos a hacer tal cosa o vamos a ponernos de pie y hacer tal otra”, usted responde: “No, no, no, no, no, estoy muy a gusto”. Recuerde, está es su zona cómoda.

La comodidad es un gran enemigo de la potencialidad humana. Usted dice: “No, no, no”, le contestan: “Venga, levántate y hazlo un poquito”. Así que usted se levanta y se mueve un poquito, se empieza a mover, empieza a entrar en acción, pronto se ha metido de lleno en la acción y se olvida por completo de volver al sofá o a la butaca donde había estado sentado. Puede actuar para llegar a sentir, puede actuar para llegar a sentir casi cualquier cosa, a esto le llamamos representar.

Represente que ya tiene la cualidad, por ejemplo, si desea ser valiente y no tener miedo, represente que ya es valeroso e intrépido, si quiere ser una persona segura de sí misma, represente que ya tiene la seguridad. Hay un viejo refrán que dice: “haz como si lo fueras, hasta que lo seas”. Haga como si fuera, hasta que lo sea. Recuerdan el caso que comentamos, del caballero a quien le dijeron que era la reencarnación de Napoleón y que lo único que tenía que hacer era actuar como Napoleón y darse cuenta de que tenía ese caso histórico tras de sí, que tenía la decisión, el poder, el valor, el genio, la brillantez y la tenacidad, la previsión de uno de los grandes dirigentes de la historia. Pues bien, esta actuación, esta representación, esta asunción del papel es un factor crítico para llegar a ser esa persona. Si se quiere llegar a ser el mejor vendedor de su organización, si quiere ser un ejecutivo de primera, si quiere ser un técnico estupendo, si quieres ser un excelente profesional de la medicina, si quieres ser la mejor madre o el mejor padre, si quieres sobresalir en los deportes.

Existe todo un campo de estudio en la actualidad sobre la programación lingüística y lo que se conoce como: “El juego interno del triunfo”. Se dice, por ejemplo, que si uno quiere ser mejor jugador de tenis, lo que tiene que hacer es imaginar que es un jugador de tenis de campeonato. Imaginé que es Arthur Ashe o Jimmy Connors o Chris Evert o Martina Navratilova, como se llame o uno de los grandes jugadores de tenis. Juegue al tenis exactamente como si fuera uno de ellos, juegue al tenis como si uno de ellos estuviera dentro de su cuerpo y en la cancha. ¿Sabe lo que sucederá? Los jueces y los espectadores que observan a una persona que hace esto ven que sus golpes son más precisos, más fuertes, juega mejor, con más confianza, con más capacidad.

Para los que juegan al golf, otro ejemplo es que si quiere llegar a ser un gran jugador de golf, imagínese que ya lo es. Si quiere ser un óptimo vendedor, imagine que ya es un óptimo vendedor, hable, ande, actúe como si ya tuviera ese papel, vístase para el papel, mírese en el espejo y dígase; “Parezco un gran jugador de golf, parezco un ejecutivo, un vendedor o una vendedora, parezco aquello que me gustaría ser”. A estas cuatro cosas las llamamos “La vava, vava, vava”, más bien debería decirlo así: “Va-va”, estas son las claves para un cambio rápido de personalidad la “V” significa visualización. Visualice y represente la imagen de la persona que le gustaría ser una y otra vez hasta que su subconsciente la acepte como una realidad.

Recuerde, el subconsciente obedece los mandatos del consciente. Si manda el subconsciente, si manda el subconsciente por medio de los pensamientos de su mente consciente, de los pensamientos en los que se concentra, la ley de la concentración, si retiene ese pensamiento en su mente de manera continuada, con el tiempo se afirmará en el subconsciente y adoptará un poder propio.

El segundo punto es, “afirmar”. Afirme una y otra vez. Hay personas que dicen que prefieren prescindir del desayuno que prescindir de su afirmación de cada mañana. Háblese a usted mismo en tono positivo, utilice la charla positiva consigo mismo continuamente, recuerde que nos hablamos a nosotros mismos a razón de casi 1500 palabras por minuto, muchas personas se hablan a sí mismas en términos de duda y temor y preocupación y ansiedad, háblese positivamente; “lo puedo hacer, lo puedo hacer, lo puedo hacer” repítaselo “lo puedo hacer, lo puedo hacer” una y otra vez. Aumente su seguridad en usted mismo, aumente su amor propio, cuando no tenga otra cosa que decirse, dígase; “Me gusto, me gusto, me gusto, me gusto”, porque decir “me gusto” o “me quiero” amplía su capacidad en todos los aspectos de su vida.

Verbalice bien, hable en voz alta, asegúrese de que las cosas que se digan en voz alta sean consecuentes con la persona que le gustaría ser y con las cosas que le gustaría hacer, verbalice y diga: “Me gusto”, no diga en voz alta cosas como: “Nunca llegó a tiempo, no puedo adelgazar, no consigo dejar de fumar, me gustaría poder hacerlo, etcétera”. Hable siempre en términos positivos y recuerde que prácticamente puede duplicar la fuerza de una afirmación diciéndola en voz alta, si la dice  en voz muy fuerte “me gusto, me gusto, me gusto”, si la dice en voz muy alta con mucha fuerza se duplica, se triplica, a veces se multiplica varias veces su efecto.

Y por fin, asuma el personaje, haga como si ya tuviera ese papel, asuma el personaje, imagine que le han contratado para representar en un gran teatro el papel de una persona que ha logrado un enorme éxito y que en este papel, lo que va a hacer es: andar, hablar y actuar como si el éxito fuera suyo, como si usted fuera el modelo, como si usted fuera la imagen ideal de la persona perfecta en la que quiere convertirse. Y si anda, habla y actúa en consecuencia, si lo representa, si lo visualiza, lo piensa y lo afirma una y otra vez, esa es la persona en la que se convertirá. Es tan inevitable como que el sol sale en el este y se pone en el oeste. Y en la próxima sesión les diré más acerca de cómo incorporar estos atributos de la personalidad a su carácter.

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